Un hálito profundo el clamor mudo
en el aire denso que pulsa las entrañas
un hombre solo el paso cadencioso
envuelto en multitud de Nuestro Padre Jesús
el eco primigenio La extensión del vinculo
que retorna al origen con la conciencia plena
el rayo reflejado la agonía injusta
concreción de la luz del germen de David
Un crepúsculo morado La verdad resplandeciente
sobre encina de plata que guarda en su mirada
una imagen venerada derrama un mar de luces
acuestas con nuestra cruz sobre las sombras del alma. ( sobre la ciudad Oriolana )Cecilia Guillén