Camino por la calle
con mis pies descalzos
sobre su piel de leopardo.
En el devenir de la urbe
me siento incomoda
un desierto de almas
donde ya no me encuentro.
Vuelvo a casa.
Los hombres se cruzan
saludan al viento
agitan sus manos
como marionetas
desarboladas
Esas personas son
siluetas informes
fotogramas mudos
figuras de otra historia
para mi retina cansada
En su ignorancia
reconocen mi imagen
mis manos
y mis sonidos de agua
Y no saben quien soy
de donde vengo
cual es mi nombre
y mi cama.
Su naturaleza frágil,
en algún momento
se abrió a mi,
sin duda, una extraña
y he rozado levemente
sus cuerpos roídos
su secretos mas íntimos
con mi tacto de águila.
Pero no huelo sus almas
No me duelen sus derrotas
sus victorias me resbalan
No he lamido sus lagrimas
dulces , saladas o amargas
Esas las personas insisten
con su verborrea fútil
Reiterando sus desgracias
sus tristezas y desganas
Apurando unos segundos
de su vida tan profana
Yo los escucho, muy lejos
para que no me enfríen el alma
Son sólo ecos sobre la piedra
piedra dura y afilada.
Mi corazón esta guardado
en fondo de mi casa.
C.Guillen