(Foto de A. Gatica)
Todas las palabras
deberían ser rojas
un bosque de arces
sobre el desierto
de la desesperanza
Voces encendidas
fuertes, rotundas,llenas
Saetas flamígeras
sobre nuestro corazón
de pez cebra.
Palabras preñadas
de savias nuevas
Luces incandescentes
en la esterilidad negra
Porque mañana, sé
que el implacable silencio
impregnara de muerte
nuestra sangre vieja,
hoy tengo mis pupilas
prendidas en mi mar
en ese piélago infinito
sin límites, ni barreras.
Y un horizonte de amor
inunda mi alma
de pura belleza.
C.Guillén.
Poema ligero de verano..que disfruteis
Además de buen médico, poetisa. Enhorabuena!