Cuando la banalidad esconde la letalidad.

PÓSTER PRESENTADO EN ÚLTIMO CONGRESO SEMERGEN
Autores: Itziar María Bernabeu González de la Higuera, Ricardo Moreno Aroca, María Inmaculada Salinas Pérez, Cecilia Guillén Montiel
Centro de trabajo: Centro de Salud Álvarez de la Riva – Orihuela II, departamento de salud 21, Orihuela (Alicante)
Mujer, 43 años. Consulta por síndrome miccional. Antecedente de carcinoma papilar de tiroides en 2005 sometido a tiroidectomía radical. Presenta infecciones de tracto genitourinario de repetición que no mejoran tras tratamiento adecuado.

Estable clínica y hemodinámicamente.
Sin hallazgos patológicos a la exploración.
En la mujer los síntomas micciónales es un motivo frecuente de consulta, ya que más de un 40% de mujeres van a tener al menos una infección urinaria en su vida y en un porcentaje importante serán recurrentes, entre las que se incluyen bacteriuria asintomática, cistitis aguda no complicada, cistitis recurrente, pielonefritis e ITU complicada.

Las recaídas se deben a incumplimiento terapéutico, fracaso terapia por tratamiento inadecuado , patología urinaria obstructiva asociada o anomalías renales subyacentes
Tratamiento inadecuado, alteraciones hormonales, litiasis, neoplasias, miomas, endometrio más…
Se realiza ecografía clínica.

La clasificación de Bosniak, descrita en 1986, detalla las diferentes imágenes que se es posible encontrar en una ecografía y la complejidad de los quistes:
Categoría I: quiste absolutamente limpio, sobre el cual no hay ninguna duda. Presenta los tres criterios ecográficos de los quistes renales.
Categoría II: se refiere a quistes con tabiques que tienen contenido cálcico en su interior (llamados quistes hiperdensos).
Categoría III: quistes de paredes gruesas, que tengan nódulos o vegetaciones en su interior, o tengan calcio en las paredes y hagan sospechar que posiblemente se trate de una situación no tan banal.
Categoría IV: corresponde a quistes con claro componente sólido; algunos autores los consideran tumores.
El mismo Bosniak aconseja la exploración quirúrgica en los casos en que existan dudas o sospechas de posible quiste tumoral o lesión maligna renal, y los incluye en su clasificación en la categoría III o la IV (quiste más atípico con signos de posible malignidad). En el año 2001 se realizó un estudio que incluyó 116 lesiones quísticas, detectadas por estudios ecográficos, de las cuales 73 fueron tratadas quirúrgicamente. De acuerdo con la clasificación de Bosniak, 15 casos correspondieron a la categoría I y II, y en todos ellos el estudio histológico informó la ausencia de tumoración maligna, para un 100 %. Al realizar la exploración quirúrgica a los 40 pacientes incluidos en la categoría III, el resultado de anatomía patológica notificó una lesión tumoral maligna en el 60 % de los casos (29 de 40). En los 18 pacientes clasificados como categoría IV, el l00 % fueron malignos por anatomía patológica. Este estudio permitió reconocer que en los casos de las categorías III y IV, el 70 % corresponden a lesiones malignas.

Se aprecia una imagen anecoica con refuerzo sonico. Qué te sugiere? Qué estadio de Boniak te parece?. Qué repercusión clínica tiene?

Técnica accesible, inocua y barata
Complementa la exploración física: ayudar a orientar el diagnóstico
Operador-dependiente: aprendizaje

El aprendizaje de cada área es fundamental y las imágenes óptima dependen del ecografo, nosotros identificamos la lesión y derivamos, pero la imagen era mucho menos definida que optenida por el hospital :

Los ovarios se localizan en las fosas ováricas, unas depresiones superciales laterales al cuerpo del útero, aunque dicha
localización es variable. El ovario normal se presenta como una formación sólida, homogénea, iso-hipoecogénica con unas
dimensiones entre 2 y 4 cm de diámetro máximo.

Podemos apreciar con frecuencia pequeñas zonas líquidas en su interior, de unos 10mm de diámetro de tamaño medio, que corresponden a folículos

La lesión observada era una :

masa bilobulada de gran tamaño que impide valorar la estructura uterina y que parece depender de ovario izquierdo, heterogénea con papilas en su interior.

Se deriva a Urgencias de Ginecología donde se realiza tomografía computerizada que informa de masa sólido-quística en ovario izquierdo con tabiques y bordes mal definidos.
Ante los hallazgos, y junto a los antecedentes, se solicita estudio genético.
Se debe descartar síndrome familiar asociado a cáncer.

La realización de la ecoscopia clínica por infección repetición para descartar patología estructural en este caso ha supuesto un diagnóstico precoz de una patología grave, y puede haber aumentado las posibilidades de tratamiento y espectativa de vida de este paciente.

La paciente acudió a dar las gracias a su médico de primaria, se le comentó que el diagnóstico dependía del acceso de primaria a un ecografo, que debía agradecer a la dirección del hospital la dotación del equipo, para que tuvieran en cuenta la dotación de más equipos para otros centros de salud.

A pesar de las circunstancias de saturación de la demanda y la falta de adecuación de los cupos. Seguimos creyendo que el uso de ecografia clínica con las indicaciones adecuadas y asumiendo las limitaciones de las pruebas prácticas ajustadas al tiempo que disponemos es efectiva en muchos casos.

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